BARCELONA, CAPITAL DEL MEDITERRANEO, EXITO DIPLOMATICO

Hace unos días se produjo una noticia que para un enamorada de la ciudad de Barcelona como servidora, en particular, o para cualquier español que lo sea sin ambages y se alegre de todo lo bueno que nos pueda pasar en toda la piel de toro, en general, es un importante hito y un gran logro diplomático y, sin embargo, ha quedado ensordecida por las elecciones norteamericanas, si miramos al exterior, o, en el interior, por la presencia, o no, de Zapatero en la reunión de países que pretenden reinventar el capitalismo y la economía global, ahí es nada.

También las editoriales de los diarios y emisoras de cobertura nacional, la local cubre poco, muchos de ellos por enfrentamiento partidista contra el gobierno socialista, han puesto sordina a la mejor noticia para Barcelona desde que fue nombrada sede de los Juegos Olímpicos de 1.992.

La noticia, que Barcelona ha sido nominada como la ciudad sede permanente, la capital del Mediterráneo, ha quedado diluida en la prensa y demás medios, yo creo que de forma interesada (no hay mucha prensa a la que le interese elogiar las buenas gestiones de Moratinos y su equipo y, mucha menos, que realmente disfrute con cualquier éxito de gestión del Ayuntamiento barcelonés o de la Generalitat de Catalunya en cualquier terreno) y, sin embargo, es una magnífica noticia en lo económico, puestos de trabajo directos e indirectos, ahora que hay tanta deslocalización de empresas extranjeras y que cualquier noticia negativa en ese aspecto se vocea a todo pulmón, y a toda tinta, y en lo político, la Unión del Mediterráneo es, desde hace años, una ambiciosa e importantísima apuesta estratégica y un proyecto geopolítico de la UE y de los países de la ribera sur del Mediterráneo en su afán de constituir, alrededor del muy nostrum Mare Nostrum, una región fuerte, ya lo es pero no estamos organizados, a nivel mundial, regida en comandita por los intereses comunes de todos los que afortunadamente se bañan en las cálidas aguas mediterráneas, algo que, para qué nos vamos a engañar, y para bien o para mal, da carácter. Aunque a algunos de los países que componen la Unión no los riega directamente el Mediterráneo y ni cantan, ni son embusteros, ni tienen vino, ni ná..)

Desde Barcelona, sede en pocos meses, y para siempre, del ambicioso proyecto en el que están implicados 43 países y más de 750 millones de ciudadanos, se coordinarán y planificarán temas como la inmigración, las autopistas marítimas y terrestres, la urgente descontaminación del mar Mediterráneo, la protección civil, la promoción de las energías renovables y alternativas, la investigación y la educación superior y muchos otros retos e iniciativas que se vienen proyectando desde hace quince años en una zona que ya es de facto una de las regiones de más peso específico geoestratégico y económico del mundo y que, también hay que admitirlo, y de ahí su mayor importancia, una región en la que se desarrollan, algo tendremos que hacer sus vecinos de esta Unión del Mediterráneo, algunos de los conflictos más graves del mundo, como el de Israel con Palestina y, por ende, con los países árabes en general, algunos de ellos también bañados por las mismas aguas.

La capitalidad era una perita en dulce diplomática muy codiciada y ha sido muy peleada, sobre todo con Marsella y Túnez. Pero, oye, se ve que Moratinos tiene su año, no reconocerlo es muy ruin, señores del PP y emisoras satélites, y ayudado por las buenas gestiones de la Generalitat y la ciudad de Barcelona que trabajaban muy a la catalana, en silencio pero afanosamente en el proyecto, se han traído a casa nostra la sede , nada más y nada menos, que de la capital del Mediterráneo.

Otilia B. Rodríguez